miércoles, 28 de octubre de 2015

Venezuela en Capsulas - Segunda Parte

El Periplo de un niño para conseguir su pasaporte

Cuando vives fuera de tu país de origen, el documento de identificación más importante es tu pasaporte, el cual te acredita una nacionalidad, eres ciudadano de ese país, perteneces a un lugar, un pueblo, una cultura. La Unicef establece que todo niño tiene derecho a una nacionalidad desde su nacimiento pero, y este es el caso, Venezuela niega el “derecho a pasaporte” a todo venezolano mayor de 9 años que viva en el exterior, y que no posea cédula de identidad venezolana.  Esta identificación (la cédula) sólo se puede tramitar en Venezuela. Es aquí donde comienza nuestro calvario.

Mi benjamín nació en Caracas en el año 2004, su último pasaporte había sido otorgado por un Consulado en Estados Unidos y vencía en Diciembre del 2015.  Hace más de 4 años que los niños no iban a Venezuela,  en ese último viaje, se realizó el trámite de obtención de cédula para mi hijo mayor, quien en aquel momento tenía 10 años. Ahora bien, todo venezolano sabe que “sin cédula no hay pasaporte”, así que después de mucho pensar, haciendo cuentas del costo que esto podría ocasionar si se nos presenta una emergencia, decidimos hacer el viaje antes que el pasaporte que aún estaba vigente dejará de estarlo.

Una de las cosas que el gobierno venezolano no logra entender es que una de las funciones de los empleados públicos es hacerle la vida fácil a sus ciudadanos. Los consulados deberían ser instituciones que ayuden al inmigrante pero, en nuestro caso, estando en el Imperio, el consulado Venezolano está ahí para complicarnos cualquier trámite.  Seleccionamos la semana del 12 de Octubre para viajar porque mi hijo tenía tres días libres, perdería solo dos días de clases; adicionalmente, pudimos  conseguir boletos con millas. Con boleto en mano, estábamos casi listos porque, siendo venezolanos, viajar a nuestro país nunca es fácil.

Viajo sola con un menor de edad, según las leyes venezolanas voy a necesitar un permiso del padre para salir del país. Entró a la página web que agrupa a los Consulados de Venezuela en USA, y busco información para obtener el permiso de viaje. En nuestra ciudad no hay consulado, el que nos corresponde queda a 8 horas de viaje por tierra, o 500$/persona por avión. Llamamos al consulado pero… Ups… El teléfono que aparece registrado no existe. La página web nos informa: 1) Es por cita, hay que ir al consulado, no se pueden enviar los documentos firmados por un notario, El trámite es personal. 2)  En el caso particular del consulado que nos corresponde, se debe enviar toda la información y documentación por email, pero… Aunque Ud. No lo crea, el correo electrónico del consulado es un Gmail…. Saquen Uds. sus conclusiones… Aparte, el consulado en cuestión nunca contestó nuestro correo electrónico. Hablamos con amigos y conocidos que también habían hecho el trámite,  nos recomendaron hacer contacto con otros dos consulados… ¿Qué aprendimos? a) Cada uno de los consulados tiene procedimientos distintos para el mismo trámite; b) siempre hay que ir hasta allá; c) se deben llevar copias extras, d) cualquier documento debe ser presentado en original. Mi esposo tuvo que viajar al consulado llevando consigo todos los documentos familiares en original (mi pasaporte, mi cedula, el pasaporte de mi hijo, las partidas de nacimiento, etc.). Imagínense Uds. que hubiese pasado si algún funcionario de un aeropuerto lo revisa y encuentra que tiene todos esos documentos consigo. En conclusión, los cónsules son como señores feudales y los consulados los manejan como su hacienda personal, sin importar las leyes/reglamentos del país donde se encuentran.  Sin embargo, quiero dejar claro que una cosa son los Cónsules y Vice-Cónsules y otra, el personal que trabaja con ellos. En cada consulado que hemos ido, el personal que atiende al público ha sido muy amable y siempre han estado dispuestos a ayudar.

Faltando dos semanas para el viaje, conseguimos el permiso, adicionalmente el Consulado nos entregó una carta para la obtención del pasaporte sin la presencia del padre, llevábamos también una constancia de trabajo para poder demostrar que vivimos fuera de Venezuela.

Tomamos nuestro avión un viernes en la tarde y aterrizamos en Maiquetía un sábado muy temprano. Nos recibe una funcionaria de migración, muy simpática hasta que se dio cuenta que no vivíamos en Venezuela… ¿Cédula del menor? No tiene . ¿Ah… Uds no viven aquí? No
Desde ese momento, el ambiente se cargó de agresividad,  la funcionaria no podía controlar su rabia…. Comenzó un interrogatorio casi policial ¿Dónde vives? ¿Dónde te vas a quedar? ¿Quiénes viven allí? ¿Cuánto tiempo permanecerás en el país?... Mi hijo no entendía lo que estaba pasando…. ¿Mamá, porque nos trata así?.... Fuimos recibidos como ciudadanos de tercera, indeseables, traidores a la patria.

Martes 13 de Octubre, nuestro primer día en el SAIME
El 12 de Octubre es feriado en Venezuela, el primer día hábil de la semana fue el martes, a las siete y media de la mañana ya nos encontrábamos en el SAIME de Plaza Caracas. Mi tía había estado ahí la semana anterior para averiguar donde era, por quien teníamos que preguntar,  cuál era el procedimiento, sin embargo, lo que le dijeron no sirvió. Empezamos a buscar donde es… El portero nos dice que es al final del pasillo, y mi tía, quien nos acompaña, no puede pasar. ¿Cédula por primera vez? Por allá, responde el funcionario que dirige el flujo de gente en la sala…. Llegamos al sitio que creímos nos habían señalado y volvemos a preguntar  ¿Cédula por primera vez? No, es por allá dice la mujer sentada en el escritorio…. Vemos alrededor, dos escritorios más allá se encuentra otra persona parada, con un montón de partidas de nacimiento en la mano y me digo, ese debe ser… Así, logramos entregar el documento, primer paso del trámite más importante que veníamos a hacer, obtener la cédula por primera vez de mi hijo menor. Igualmente, yo también tenía que renovar mi identificación, así que me dirigí a hacer mi cola respectiva, la cual se movió bastante rápido y se hacía en sillas, algo que parecía un juego de niños. Llevaba conmigo una copia de mi cédula, la entregó y me dan un número, tenía alrededor de 40 personas por delante, el sitio estaba lleno de niños, consigo sentar a mi hijo y comienza la espera. Pasados unos 40 minutos, nos llaman para entregarnos la partida de nacimiento con los datos “corroborados” y nos dan otro número que representan otras 60 personas más, en relación al primer número que nos habían dado para tramitar mi documento.  Al final, la espera no es tan larga, llaman nuestro primer número, lo entregó y le comentó al funcionario que tengo otro número para mi hijo, el hombre se compadece de nosotros y realiza la toma de datos para ambas cédulas. Paso yo primero, colocan mi número de cedula, sale la información en el sistema, no corroboran ningún dato, solo me toman la foto y me piden que firme. Luego le toca el turno a mi chiquito, la partida de nacimiento ha quedado totalmente inservible, rayada con los datos que les interesan en los bordes, usando resaltador marcan información adicional. Yo estoy parada entre Miguel y el funcionario, lo que me permite ver la pantalla sin problemas, el hombre va introduciendo los datos: Nombre completo, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, datos de la madre…. Con solo colocar mi número de cedula aparece toda mi información…. Datos del padre… Coloca su número de cedula y no aparece nada…. Claudio es extranjero y perdió la residencia venezolana al mudarnos a USA… El funcionario ni se molesta en copiar sus datos… De un solo golpe, para el Estado venezolano tengo un hijo sin padre. ¿Qué pasará si en algún momento necesitamos pedir datos filiatorios? ¿Los extranjeros no residentes tienen algún deber o derecho para con sus hijos?... Me quede en una pieza…. Deje que todo pasará…. El objetivo final era salir con la cédula, ya en otro momento, bajo otras circunstancias se buscará modificar y colocar la información faltante. Nos informaron que el documento sería entregado ese mismo día, a la 1 PM.

Salimos de esa oficina del SAIME y nos dirigimos a la siguiente… La que se hace llamar VIP (very important person)… No sé por qué recibe ese nombre…. Es una burla a todos los que hemos tenido que usarla. Llegamos y nos informan que sin cédula no podemos hacer nada, podemos regresar cuando nos entreguen el documento en la otra sede. Son las 10:30 de la mañana, no nos vamos a ir… hacemos un pequeño recorrido por el centro de Caracas: La Asamblea Nacional (lo lamento, en mi cabeza siempre será el Congreso), la Plaza Bolívar, la Casa Natal del Libertador, el Museo Bolivariano…. Seguimos el recorrido, conocemos dos sitios en los que no habíamos estado, ambos nos dejaron gratamente impresionados…. La Casa de las Primeras Letras Simón Rodríguez, donde en su tiempo funcionó la primera escuela de Caracas y, donde dictó clases el maestro de Bolívar. El lugar ha sido restaurado, se encuentra bien cuidado y en él se dictan talleres relacionados con el folklore y la música venezolana. La otra es la Casa de la Historia de Venezuela Lorenzo Mendoza, esta edificación también ha sido remodelada, posee mucha historia y fue usada como residencia familiar de la Familia Mendoza (Industrias Polar) en 1893. El sitio es un oasis en medio de la ciudad, posee un restaurant, sala de exposiciones y sala de lectura.

A las 12:30 ya estábamos de vuelta en la oficina del SAIME, el portero nos informa que el personal se fue a almorzar y no regresará hasta la 1:30 PM y, por supuesto, no se puede pasar…. Nos quedamos en la puerta… Hicimos presión porque la cola empezó a formarse detrás de nosotros… A las 12:50 aproximadamente nos dejaron entrar… A la 1 PM conseguimos nuestro primer objetivo del viaje, teníamos cédula.

Regresamos nuevamente a la oficina del SAIME que está al lado del Teatro Municipal, a la oficina VIP, explicamos el caso de  manera resumida, nos dan un número…. Pasamos a la sala de espera, nos atiende una funcionaria, que hay que decirlo, es una persona que quiere hacer bien su trabajo. Escucha nuestro planteamiento… Vivimos en USA, el niño no tenía cédula, el documento nos los acaban de entregar, como sabe sin cédula no hay pasaporte, ahora nos gustaría saber si ambos podemos renovar el pasaporte…. Nos piden todos los documentos, la señorita confirma que el número de identificación del niño ya está en el sistema, nos informa que necesitan los pasaportes americanos originales (nada de copias), esperamos un buen rato a que la jefe se desocupara y ella pudiese plantear el caso. Regresa, nos explica que en esa oficina solo atienden casos de personas que viajen en 24 horas o menos…. Le explico: Señorita nosotros regresamos este sábado, solo vinimos por una semana...  La posibilidad de que la diligencia sea infructuosa se dibuja en mi mente. Ella nos vuelve a explicar, ese es el procedimiento, es así, a la carrera, con angustia.  Desde la misma oficina se llama al 800 para pedir una cita siguiendo el protocolo regular, la persona que me atiende por teléfono, nos dice que no vale la pena pedir la cita porque no nos van a responder antes del jueves, que es cuando la oficina VIP puede aceptar nuestro caso. La funcionaria nos recomienda regresar el jueves a las 7 de la mañana, que es la hora que empiezan a trabajar. Ya son las 3 de la tarde… Nos queda el sinsabor de una jornada que termina con la mitad de los objetivos cumplidos.

Jueves 15 de Octubre, nuestro segundo día en el SAIME
Mi hijo ya protesta por tener que pararse nuevamente a las 5 de la mañana, ha perdido la práctica. A las 6:30 am ya hemos llegado al SAIME y hacemos la cola fuera de la oficina ¿Realmente abrirán a las siete? Pues sí, a las siete estamos recibiendo nuestro número, pasamos y nos llaman en seguida, en mi mente veo un futuro promisorio. Probablemente en dos horas puedo estar haciendo otra cosa…. Que ilusa soy… Se me olvidaba que estamos en Venezuela y los funcionarios públicos se sienten dueños de tu vida y de tu tiempo. Nos toca una persona distinta a la que nos atendió el martes, es un hombre, a simple viste se ve que tiene sueño y no tiene ganas de trabajar. Otra vez, le cuento el caso, le explico que ya estuve ahí el martes, que hablé con la funcionaria que se sienta dos mesas más allá, venimos de USA, el niño no tenía cédula, aquí están todos nuestros documentos…. La respuesta del hombre. “si ya quedaste de acuerdo con ella, espérala…” En ese momento mi paciencia se agotó y exploté… YO NO HE QUEDADO DE ACUERDO CON NADIE, LA FUNCIONARIA SOLO EXPLICO EL PROCEDIMIENTO, DESDE AQUÍ SE LLAMO AL 800, QUIENES RECOMENDARON QUE REGRESARAMOS HOY…. ESTO ES POR ORDEN DE LLEGADA… YO SOY LA PRIMERA Y ME TIENES QUE ATENDER…. El hombre aceptó mis documentos de mala gana y los puso encima del escritorio, nos mandó a sentar en una sala de espera abarrotada de gente donde mi hijo era el único niño. Pasada media hora llegó otra pareja para pasaportes, por casualidad son amigos del grupo de P&G que está en Cincinnati, al rato también llega otra pareja. Los tres montoncitos con nuestros documentos quedaron en el escritorio del tipo por DOS HORAS… Y el hombre no hacía nada… Al rato llega una mujer que se presenta como la Jefe de la Sala, imitando al Comandante Supremo le grita a su personal, haciendo creer al público que les está exigiendo que trabajen, el espectáculo parece un chiste, pero lo estamos viviendo, es real…. Los funcionarios no tienen ningún poder de decisión, todo lo decide ella… El funcionario que tiene nuestros documentos le explica los tres casos que tiene en su escritorio… La mujer ha estado gritando pero, cuando responde sobre los casos, lo hace calladamente…. Nos quedamos con la incógnita de la decisión. Una hora más y nos vuelven a llamar, nos piden más documentos… Mi carpeta está cargada con todo lo que creo nos puede pedir… Partida de Nacimiento… Aquí esta… Pasaportes americanos…. Aquí están… Boletos… Presentes… Sin embargo, olvide sacar la copia de las cédulas nuevas, gracias a Dios el funcionario se compadece de mi chiquito, quien ha dormido en las sillas de la sala de espera y nos saca la copia en la oficina. Se vuelve a llamar al número 800 usando los recursos de la sala VIP, se solicita una cita que, por supuesto, nunca llega, es solo otra formalidad que se pudo hacer desde el inicio pero, el procedimiento no es claro. En el caso de mi hijo, piden mi número de cédula, luego piden el número de cédula del padre, se dan cuenta que no está en el sistema y me dicen, no importa… No hace falta… Vuelvo a sentir que para el gobierno venezolano tengo un niño sin padre….

Pasa otra hora, ya son más de las 11 am, nos llaman para pagar en caja… Nos dicen “Solo tarjeta de débito”…. Saco la mía, la Superefectiva del Banco Venezolano de Crédito… Ah, pero esa NO….  Pregunto ¿Por qué? Porque No…. Es de débito, les vuelvo a insistir…. Si, me responde la cajera pero adentro te van a rechazar el pago…. Gracias a Dios, se me encendió el bombillo y le dije a la persona que me seguía…. “Yo tengo efectivo, ¿será que puedes pagar con tu tarjeta y yo te doy el dinero?”… El hombre respondió que sí, lo que me ahorro una ida al Banco Venezuela. Por fin, nos tomaron los datos, la foto… Debemos regresar al SAIME al día siguiente (viernes) a retirar los pasaportes a las 12 del mediodía.

Viernes 15 de Octubre, mi tercer día en el SAIME
El día comenzó mal, nos tocó de cerca la inseguridad y eso se los contaré en otra oportunidad. Llego a casa de mi tía, quien nos ha acompañado todos estos días, para ir al SAIME a recoger los pasaportes. Estoy preocupada, quiero llegar antes que se vayan a almorzar. Esta vez vengo sin el niño y, no quiero que mi tía se quede afuera, así que nos ponemos de acuerdo, cada una dirá que va a retirar un pasaporte. A las 12 en punto estamos entrando a la oficina donde pagamos el día anterior. Preguntamos por los pasaportes y nos dicen que no ha llegado la valija. Los pasaportes no los hacen ahí, los hacen en la sede de Las Mercedes… Entonces, ¿por qué la oficina VIP no se encuentra en Las Mercedes?.... Son preguntas que se hace uno… ¿No sería una manera eficiente de agilizar el proceso?.... Esperamos hasta las 2:30 PM, cuando nos entregan UN SOLO PASAPORTE…. El otro, el mío, según me dice la persona encargada tenía un problema y vendrá en la siguiente valija que estiman llegue antes de las 5 PM…. Nos recomienda salir y dar una vuelta… Así hacemos, pero la angustia se empieza a apoderar de nosotras… Es viernes, después de las 4, cuando cierran las oficinas, el área se convierte en zona ROJA…. Regresamos a la oficina y casi enseguida bajan todas las santamarías…. El personal se va y solo queda con luz la oficina donde estamos esperando… No soy la única, hay dos personas más con sus respectivos acompañantes que vienen de Maracaibo… Una de ellas ha estado viviendo en Sur América, la otra en España…. Y la valija… brilla por su ausencia…. ¿Cómo vamos a salir en cuanto lleguen los documentos? Mi tía insiste,  es peligroso…. Llamo a mi hermano y le cuento lo que está pasando… “Por favor, está pendiente y ven me a buscar en lo que te llame” le digo. Pasan las 5 PM, el grupo que está en la oficina informa que no hay problema, ellos trabajan hasta las 7 PM. Los jefes se van…. Luego la mayoría de las chicas también se van… Solo quedan dos funcionarias que esperan con nosotros…. A las 7 PM llegan por fin, dos de los tres pasaportes, a la española-venezolana le piden que vaya a recoger el documento en la oficina de Las Mercedes.


Y la historia no termina aquí… Aún tenemos que salir de Venezuela la mañana del día siguiente. Llego al aeropuerto con tres horas de anticipación. Las líneas aéreas han quedado con muy poco personal, las preguntas de seguridad ahora las hacen en el counter, la fila para chequear se mueve muy lentamente. Por fin nos dan nuestros boarding pass, y seguimos al chequeo de seguridad, nuevamente se nota la falta de personal, solo funciona una máquina de rayos X, no hay detectores inalámbricos, una oficial de la guardia nacional manosea a las mujeres y otro guardia hace lo mismo con los pasajeros del sexo masculino. Llegamos a migración y presentó mi permiso de salida… La primera pregunta de la funcionaria: “¿y esto es todo lo que tu traes?... Sí, eso es todo¿Quién hizo esto?...  El Consulado de Houston… Con razón… Ha pero el padre es extranjero… ¿Cuándo llegaron? El sábado pasado…. ¿Uds no viven aquí? No… Con el mayor desprecio del mundo la funcionaria me entrega el documento y dice…. Uds. No necesitan NADA… VETE…. Dando a entender que no somos bienvenidos en nuestro propio país. 



lunes, 26 de octubre de 2015

Venezuela en Capsulas

Resumen de mi viaje a Caracas

Ya hace poco más de una semana que regresamos de Caracas, pero aún no he podido lograr escribir sobre mis impresiones. Regresar a Caracas, así sea por solo una semana, es algo que nos llenó de excitación, de alegría, de preocupación, de miedos y de anhelos. Yo siempre me vanaglorie de conocer bien mi ciudad y de  moverme sin problemas en los cuatro puntos cardinales, sin embargo, aunque las cosas quedan en el mismo sitio, la ciudad no es la misma. Desde que salimos de Venezuela, siempre hemos estado informados de lo que pasa en el país,  pero fue igualmente duro ver como cada día se deteriora más mi querida Caracas.
·         Lo más valioso de Venezuela sigue siendo su gente. Es rico encontrarse con los amigos de toda la vida, así sea por un ratico; reencontrarse con la familia, quienes pusieron un montón de esfuerzo en que nos sintiéramos bien y no nos faltara nada.  El venezolano es cálido, amiguero, liviano; esa personalidad lo ayuda a sobrellevar la problemática de nuestro país de una manera positiva, aunque creo que ya su paciencia está llegando al tope, y no es para menos. A mí alrededor vi una sociedad dando el todo por el todo para salir adelante, poniendo al mal tiempo buena cara pero notándose ya cansada de tanto abuso, de tantas penurias, sintiéndose atrapada en un laberinto sin salida. Es una paradoja, pero es así, se sienten atrapados pero a la vez hay esperanza.
·         La solidaridad sigue siendo uno de los valores más importantes del venezolano. Es una ciudad donde no se puede vivir sin una red de soporte y estas existen (amigos, vecinos, familiares, amigos de los amigos, compañeros de trabajo y pare de contar), la gente se pone a la orden y entre todos se ayudan para poder cubrir los imprevistos, que siempre se presentan. El “hoy por ti, mañana por mí” es indispensable para subsistir en el caos y la entropía en que se ha convertido nuestra jungla de cemento, y se ha asumido como una manera de vivir. Escuche frases como:
“No me ha faltado azúcar porque siempre hay un alma caritativa que me sede un paquete cuando está a punto de acabarse la que tengo en casa…”
”Cuando pude entrar al supermercado ya no había papel tualé, pero una persona en la cola me cedió un paquete….”  
Hay muchísimos ejemplos, y tenemos que dar gracias a Dios por esa manera de ser nuestra, porque los problemas sociales podrían ser mucho mayores si fuésemos una sociedad distinta.   
·         Muchos de los empleados públicos están enfermos de poder. Por supuesto que no son todos, hay un grupo que quiere hacer las cosas bien, pero el sistema no los ayuda. Los sistemas están diseñados con una serie de obstáculos, donde solo triunfan la paciencia o la corrupción. Los funcionarios que más sobresalen, son aquellos que se imponen y te hacen sentir que estas en sus manos, que de ellos depende tu diligencia, tu cédula o pasaporte, el que puedas salir temprano y hacer otras cosas, el que no pierdas tu tiempo esperando en una oficina pública. Uno siente que se ríen a nuestras espaldas, que se burlan de esas salas de espera llenas de gente, sin agua, sin baños, sin servicios básicos.  El gobierno es cada día más centralizado; las decisiones están en manos de pocos funcionarios, solo en Caracas se pueden resolver los problemas. Por otra parte, las reglas tampoco son claras, todo queda a discreción del funcionario de turno, un gran caldo de cultivo para la corrupción.
Teatro Municipal, la oficina del Saime se encuentra al lado. La foto es mía y fue tomada  a las 6.30 am.
·         La ciudad está llena de buenas ideas mal ejecutadas. Es como ver la palabra CORRUPCION escrita en todas partes. Cada obra representa a alguien o a un grupo de personas que cobraron por un trabajo que realizaron a medias, usando materiales de tercera y, contratando a personas inexpertas. Las paredes del centro están llenas de murales y mosaicos pero, ese es el gran problema, siempre hay un pero, se ve que la calidad de los materiales no fue la óptima: cerámicas descoloridas, pintura que se transparenta y escarapela… cosas a medio hacer, a medio terminar… Obras que se aprecian inconclusas…. Lugares en donde se ve buena intención, pero salta a la vista la falta de conocimiento, de análisis ingenieril, de cálculos matemáticos… Lo peor, es que tarde o temprano, eso nos va a costar muy caro a todos los venezolanos. No basta con tener buenas ideas y buenas intenciones, hay que desarrollar trabajos de calidad, que perduren en el tiempo, que no generen otros problemas.
Foto tomada de Internet. Edificio de la Misión Vivienda en Av. Libertador

Foto tomada de Internet. Distribuidor La Araña en la Autopista Francisco Fajardo
·         La diferencia entre el Este y el Oeste nunca fue tan marcada. Caracas siempre ha sido una ciudad de contrastes, sin embargo ahora se aprecia más que nunca la diferencia entre los que más tienen y los que menos tienen. El Oeste parece otra ciudad, en donde los edificios no los han pintado en los últimos 20 años, están sucios, descarapelados y descuidados. La basura se amontona en las esquinas. Las diferencias se aprecian en todas las estructuras, en el diseño de los edificios, en la luz que entra a sus apartamentos, en la armonía con el entorno.  A lo largo de la ciudad y también en la Guaira, los edificios de la Misión Vivienda dan lástima, parecen inconclusos, las ventanas son pequeñas, lo que nos hace suponer que a esos apartamentos no entra la luz. Incluso las tiendas, los productos que venden, la calidad de lo que se encuentra es diferente. Esas grandes importadoras que se encontraban en el centro o en el oeste de la ciudad ya no existen, las tiendas venden pura pacotilla. Las librerías que rodeaban la Plaza Bolívar y sus alrededores están casi vacías. Lo único que se salva son las zapaterías, sin embargo ya no muestran el último grito de la moda, ahora se impone lo clásico.
·         El Centro de Caracas, una mezcla de cosas positivas y negativas. Aunque sus calles están limpias, la basura se acumula en las esquinas, lo que indica que se barre pero no se recoge la basura. Los monumentos históricos como la Casa Natal del Libertador, el Museo Bolivariano, la Asamblea Nacional tienen un personal que es amable con el público y eso es muy importante para atraer el turismo. Sin embargo, hay falta de profesionalismo en el mantenimiento de las distintas obras. Insisto, las buenas intenciones no bastan… Aunque yo no soy experta en el tema, si he ido a muchos museos alrededor del mundo, los cuadros y las exhibiciones están mal iluminadas. La luz directa dirigida al centro del cuadro primero, no permite apreciar la obra, solo se ve una mancha de luz y, segundo, daña las pinturas, por lo que en poco tiempo será necesario invertir en su restauración. Por otra parte, hacen falta descripciones y explicaciones en los distintos salones. No hay guías, folletos o audio-guías, solo pequeños letreros con escasa información. Tampoco hay baños públicos, la recomendación del personal del Museo Bolivariano fue que debíamos cruzar la plaza San Jacinto e ir a un restaurant con baño que se encuentra ahí.
·         Colas, colas para todo. Vamos subiendo a Caracas desde Maiquetía, son las 6:30 am y lo que destaca en una ciudad que aun duerme son las colas en algunos locales,  llegando a la Boyera se puede ver la cola de gente fuera del Farmatodo. A toda hora, en cualquier parte, se pueden ver largas filas en algunas farmacias y supermercados. Las colas en los cajeros automáticos y en los bancos, sobre todo los del Estado, también destacan a lo largo de la ciudad. Para todo se hace cola, no importa si es un restaurant de lujo o Mercal, hay falta de personal y el poco que existe se mueve a ritmo de morrocoy, la palabra más común es NO HAY. Falta de todo, lo básico (leche, papel sanitario, medicamentos, detergente) y lo no tan básico (agua embotellada, refrescos de dieta, vino y un gran etcétera…)
·         La inseguridad es la dueña de la ciudad. Es algo que se siente en la piel, que se huele en el ambiente, impregna a todos por igual, no importando en que parte de la ciudad estés.  Los ministerios, los bancos, las oficinas privadas, las tiendas, todas las instituciones tienen miles de sistemas de seguridad. Tocas el timbre del banco, se abre la puerta, entras a un área con doble puerta, se cierra a tu espalda la puerta por donde entraste, solo entonces se abre la siguiente puerta que te permite entrar al área de oficina. Solo puede pasar una persona a la vez… las personas en las calles van apuradas, casi corriendo… Las carteras llevan lo mínimo indispensable, se llevan cruzadas y agarradas. El último día de nuestra visita, la inseguridad nos tocó muy pero muy cerca, solo se perdieron cosas materiales, pero el susto queda en el inconsciente. La sensación de que algo terrible le puede pasar a tus seres queridos se impregna en la piel. Las ganas de salir corriendo y traerte todo un país contigo empieza a vivir en tu subconsciente.
Esta crónica no acaba aquí… Continuara…